Desde la Junta Directiva del CCA criticamos que se vaya a permitir el desarrollo urbanístico de la Finca Santamarina con la apertura de una gran superficie comercial y sin materializar por completo el proyecto como la construcción de las viviendas con las que se les aseguró incrementar la demanda comercial ni el auditorio al aire libre.

Sostenemos que en la actual época de crisis, la demanda comercial existente en Ourense es suficientemente asumible por el comercio urbano a cuyo frente están empresarios que luchan por mantener abiertos establecimientos competitivos.

Ante la información difundida por el diario La Región de que Flager renuncia a la construcción de viviendas en Mariñamansa, surge la alarma entre comerciantes asociados al Centro Comercial Aberto Ourense Centro. En Ourense Centro auguramos el desarrollo urbanístico de la Finca Santamarina y la apertura de una nueva superficie comercial sin que se vaya a generar un incremento de la demanda comercial en Ourense tal y como "se vendió" la idea en su momento.

Si el argumento de Flager para renunciar por ahora a la construcción de viviendas en Mariñamansa es la escasa perspectiva de ventas derivada de la actual crisis económica, en esta Junta Directiva consideramos que dicha coyuntura afecta también de igual manera a la demanda comercial. Basándose en esto y, sin oponernos a la llegada de una nueva área de distribución comercial, manifestamos que la oferta comercial que hoy existe da servicio a los ciudadanos que son quienes más notan en sus bolsillos estos momentos de recesión económica trasladándose también a un hábito de consumo significativamente menor.

Para Ourense Centro, si en sectores como el de la construcción no se ha generado una mayor demanda de compradores, tampoco esto ocurre en el sector comercio, cuyos negocios encuentran hoy más que nunca dificultades para salir adelante y mantener sus puertas abiertas en una época en la que la ciudadanía se ve obligada a mirar con lupa sus gastos. Prueba de la constante dificultad que encuentran los comerciantes para mantener vivos sus negocios es que en  lo que va de año han cerrado ya cerca de medio centenar de comercios de la zona centro y del casco histórico y, las previsiones a corto plazo, son igual de pesimistas.

Además también crece en nosotros la preocupación al conocer las perspectivas de inversión previstas para Ourense; inversiones que un año más incrementarán la "marcada brecha" que ya existe entre la Galicia Atlántica y la del interior, perjudicado constantemente al pequeño empresario y a las pymes.

La realidad habla por si misma y al igual que sucedió en 2010, Ourense se sitúa en el último lugar de Galicia en licitación de obra pública al recibir sólo 6,8 de cada 100 euros en obras públicas en la Comunidad Autónoma Gallega. Ourense no consigue quitarse la lacra de ser "la gran abandonada" de las Administraciones y sus ciudadanos "los más castigados" con una calidad de vida que no mejora por la apuesta que en esta provincia se hace por dinamizar aquellos sectores que en ella mantienen los puestos de trabajo de muchas familias.  Va siendo hora de definir qué modelo de ciudad queremos, hacia donde queremos ir sin dar más palos de ciego.

Consideramos que ya es hora de que todos los ourensanos nos opongamos al sostenimiento de esta "diferencia abismal" que año tras año se abre paso con respecto al resto de provincias gallegas y que además dificulta y pone en peligro la supervivencia de las pequeñas y medianas empresas.

El análisis del ratio de inversión por habitante en la última década en Ourense despeja cualquier duda acerca del escaso esfuerzo inversor de las administraciones en la provincia ourensana, pues con la excepción del 2003, 2004 y 2009 (este último por la licitación del AVE) Ourense siempre ha estado a la cola de Galicia.

 En una población envejedida y con creciente pérdida de población, con pérdida de peso demográfico y económico respecto a España, marcadas diferencias entre desempleo masculino y femenino....es hora de ponerse a trabajar para mejorar la posición de esta provincia y no de seguir machacando a sus trabajadores sirviendo a intereses de grandes marcas.

Hay que preguntarse dónde está la discriminación positiva hacia la Galicia Interior en los Presupuestos para 2011. Ourense recibe el 11% con una inversión de 152 euros por habitante, la menor para  la tercera ciudad de Galicia en cuanto a población.  Por delante Lugo con el 18%  (238,34 euros por habitante); Pontevedra con el 36%  (178,13 euros por habitante), y La Coruña con el 36% (152 euros por habitante).

Para el CCA Ourense Centro, si toda inversión económica, en principio, es deseable y por la posible creación directa de empleo que puede acarrear, también puede suponer un impacto negativo, que debería corregirse de la mano de las administraciones públicas. Sin cautela,  la apertura de estos nuevos espacios comerciales sin la existencia de una mayor demanda afectará al comercio urbano existente muy debilitado debido al actual retraimiento en el consumo a causa de la crisis económica actual.  También hay que tener en cuenta que los empleos generados en nuevas superficies comerciales son los que se perderán en el comercio local.
Ourense goza de un comercio que ha sido siempre su principal insignia de identidad. Si se alimenta el cierre de negocios y las grandes firmas se trasladan a nuevas superficies comerciales, se corre el riesgo de perder este privilegio. La población ocupada en Ourense es de aproximadamente el  12%  del total de Galicia. Restar posibilidades de empleo a quienes hoy lo mantienen supone acrecentar más, si cabe, ese abismo que ya existe entre provincias gallegas que sitúan a Ourense en el vagón de cola.

El comercio urbano de Ourense genera riqueza y hoy es el sector que más empleo mantiene en la provincia. No parece inteligente lapidar a un activo como este. La apuesta debe venir por atraer proyectos inversores que conlleven el asentamiento de nueva población, con nuevos puestos de trabajo y la posibilidad de que los ciudadanos afiancen su poder adquisitivo para invertir. Ese sí será el momento de incrementar la oferta comercial con nuevas apuestas y grandes superficies.