En toda España los "top manta" han tomado las calles más comerciales y los paseos marítimos de las ciudades ante la tolerancia de la mayor parte de los ayuntamientos.
Si en algunos municipios de Cataluña ha saltado la polémica por la decisión de sus alcaldes de pactar zonas con los manteros para ejercer la venta ambulante ilegal sin persecución policial, en Ourense estos vendedores han encontrado en la calle del Paseo su paraíso fiscal, donde parece que mantienen una relación "cuasi" pacífica con los policías locales, que no interfieren en sus ventas ni en sus, consiguientes, recaudaciones exentas de todo tipo de impuestos.
Tras coger un buen sitio y marcar con la mirada su pequeño trozo de territorio o de paseo, los "manteros" despliegan todo su arsenal de productos falsos. Clientela no les falta. Veinteañeros que buscan un deuvedé pirata del último estreno cinematográfico, amas de casa que presumen de bolso falsificado, adolescentes que compran sus primeras gafas de sol o jubilados que lucen copias de relojes de conocidas marcas.
Todo al precio más bajo. Cedés, cinturones, carteras, camisetas, polos, perfumes, ropa interior, biquinis, abanicos, colgantes, gorras y otros artículos se exhiben en tenderetes improvisados con pedazos de tela desechados, plásticos o cartones.
Mala imagen de la ciudad
El hecho de que existan estas zonas de venta ambulante sin regular daña mucho, no solo al comercio de la localidad, sino también la imagen de esta ciudad. La calle más comercial de la ciudad se presenta al visitante que quiera descubrirla paseando como una carrera de obstáculos que debe ir salteando.
Es una estampa muy poco atractiva para el turista, que en lugar de llevarse una imagen de una ciudad termal, se lleva una imagen de una ciudad en la que el "top manta" campa a sus anchas.
Las actuaciones que se están llevando a cabo en otras ciudades españolas para erradicar este fenómeno son muy divergentes y con diferentes resultados. Algunos ayuntamientos buscan la solución pactando con los manteros una ubicación fuera de la zona más turística y cobrándoles unas tasas de instalación, otros sancionan a los vendedores ilegales y le requisan la mercancía y los más exitosos multan a las personas que compran productos del top manta.
En este último caso justifican el hecho de que el sujeto de la sanción sea el comprador en que quien vende "es la parte más débil" de la operación. Las sanciones suelen rondar los 300 euros, aunque normalmente depende de la mercancía adquirida. Además de hacer frente a este pago, a los compradores, se les requisa la mercancía y se les toma los datos para que puedan ser citados como testigos en un juicio. Con esta medida se reducen las ventas y, con ello, se acaban eliminando este tipo de puestos ilegales.
Competencia desleal con el comercio tradicional
Se ejerce la venta no sedentaria sin ninguna autorización, sin estar de alta en la Seguridad Social ni en la Agencia Tributaria, ni en el padrón municipal, haciendo competencia directa fraudulenta a las cerca de 20.000 personas de esta provincia que viven del comercio, que con los años han normalizado su actividad, con grandes esfuerzos de modernización y profesionalización, y que ahora precisamente se ven sometidos a lo retos de la aplicación de la directiva comunitaria de servicios o Bolkenstein; y que tienen su regulación y limitación en el espacio y el tiempo. No se pueden crear nuevos puntos de mercado sin estudiar sus impactos.
Esta actividad ilegal no solo no genera empleo, sino que además está perjudicando al tejido comercial de la localidad y, por consiguiente, a sus trabajadores. «Con frecuencia se instalan hasta en las puertas de comercios que venden los mismos productos», aseguran los comerciantes.
Los comerciantes consideran que se debe exigir a todo el mundo por igual, y se preguntan qué pasaría si los comerciantes que cumplen la normativa dejaran de pagar las tasas de ocupación de la vía pública o de declarar IVA, y afirman que es "seguro que no se lo permitirían".
En este sentido, tampoco aceptan que se establezca un "espacio franco" como en algunas poblaciones tarraconenses, donde nadie controla los productos que se ofrecen ni se pagan impuestos, ni tampoco "aquella excusa de siempre de la falta de efectivos, porqué no entendemos como pueden faltar efectivos para controlar estas actividades pero sí los hay para llevarse coches o poner multas".
Las organizaciones de comerciantes consideran que las administraciones no tan sólo deben destinar sus efectivos policiales a acciones guiadas por el afán recaudatorio, sino que la función principal de las fuerzas del orden tiene que ser "defender la legalidad vigente y el cumplimiento de las normativas y ordenanzas. Si se disponen de efectivos suficientes para retirar los vehículos aparcados en zona de carga y descarga, no se puede alegar que no se disponen de policías para controlar la venta ilegal", declaran los comerciantes.
Ingresos más que notables
Según el Análisis de la venta ambulante, los manteros venden una media diaria de 14 piezas falsificadas, con lo que pueden llegar a cobrar 140 euros al día, 4.200 euros mensuales y más de 50.000 euros al año, unos ingresos que la gran mayoría de los comerciantes no alcanzan al finalizar el año, y por los que los manteros no tributan ni cotizan.
¿Y quién está detrás? Salvo excepciones, tramas organizadas que utilizan como vendedores a personas necesitadas que cuentan con este recurso como último apoyo para subsistir. No venden artículos hechos por ellos, no es artesanía ni producción agrícola.
ENTREVISTAS
Emilio González,
Presidente del CCA Ourense Centro,
Emilio González, Presidente del Centro Comercial Aberto, considera que el fenómeno del top manta no afecta solo al comercio sino también al turismo, declara que "El gran problema reside en el hecho que estos "top manta" de venda ilegal no pagan ningún impuesto ni tasa, ofreciendo productos de mala calidad y a precios muy bajos, por lo que perjudican seriamente tanto a la economía de los pequeños comercios, como la imagen de ilegalidad e incluso de suciedad que generan de cara al turismo.
"Por mucho que en El Vendrell estos "manteros" hayan estado recluidos en una plaza pública para ejercer su venta, esto no arregla el problema principal: el amparo de nuestras Administraciones públicas hacia una actividad fuera de la ley y perjudicial para toda la ciudadanía", denuncia Emilio González.
"Es cierto que el cliente no es el mismo", afirma González, "pero también es cierto que el dinero que destinan a comprar en estos mercadillos se deja de invertir en el comercio y el turismo locales, todo ello bajo la permisividad de las autoridades". La asociación de comerciantes de la zona no descarta acciones legales, ante la permisividad de las autoridades competentes.
El presidente de los comerciantes de Ourense Centro, incide también en que "los comerciantes tienen que hacer frente a numerosos pagos, desde los impuestos a la Seguridad Social, lo que les deja en "una gran desigualdad de condiciones" frente a los vendedores del "top manta".
"La situación es realmente crítica. Y aunque nos dan pena las personas que tienen que vivir de esta venta ilegal, nos dan también mucha pena los comerciantes que han tenido que cerrar sus negocios porque no podían pagar sus impuestos o no daban ganado para la nómina de la persona que tenían contratada, y con el agravante, que estos comerciantes cuando cierran sus negocios, arrastran sus deudas y deben hacerles frente con su patrimonio"
Miguel Ángel Fraile
Secretario general de la CEC
El secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC), Miguel Ángel Fraile, afirmó que el "top manta" es una red estructurada cuyas cifras de facturación y trabajadores la sitúan "entre las 50 primeras empresas del país", por lo que defendió que combatir esta actividad debe ser una "lucha nacional".
"El comercio soporta la competencia desleal de la empresa Top Manta Sociedad Anónima, que tiene una facturación de entre 500 y 800 millones de euros al año y 15.000 empleados ilegales o más, sin pagar impuestos ni Seguridad Social".
En su opinión, el denominado "top manta" es un "gran negocio que tiene ramificaciones en todo el mundo delictivo", por lo que los ministerios de Interior y de Economía y Hacienda, los gobiernos autonómicos y los ayuntamientos deben combatir este fenómeno. "Cada administración es responsable de lo que le toca", remarcó.
Además, el secretario general de la CEC advirtió de que se están comercializando productos falsificados "que no tienen etiquetas, ni garantías y que pueden ser perjudiciales para la salud", como en el caso de las gafas de sol y de determinados tejidos.
Fraile afirmó que la patronal del pequeño y mediano comercio español actuará ante "cualquier tolerancia o inhibición" de las administraciones hacia el "top manta", "acudiendo a donde tenga que acudir".
Tras la polémica generada en las últimas semanas, los ayuntamientos de Calafell y El Vendrell (Tarragona) retirarán el 1 de septiembre la orden que da permiso a los "manteros" para acampar y vender sus productos en determinadas zonas de ambos municipios. La Confederación de Comerciantes de Cataluña retirará la denuncia que había presentado al respecto.
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